"Flipped classroom", "clase invertida", "clase flipeada", "darle la vuelta a la clase" son términos de los que he oído hablar, con los que me he encontrado en infografías, twits, artículos, cursos recientes y conversaciones con los y las colegas más actualizados/as.
¿Invertir qué? ¿de qué manera? ¿más tiempo por parte del profesor?, ¿para que el alumnado cuente con vídeos a su disposición en su casa, o en cualquier espacio que frecuente en sus búsquedas por internet? ¿es obligatorio crear nuestros propios vídeos? ¿con qué finalidad? ¿aumentar las ratio en el aula y reducir plantillas? ¿hacernos trabajar aún más tiempo invisible? ¿a costa de qué horario, de qué ocio?
La curiosidad, nuevamente me ha traído a una formación del INTEF. Tras sólo 4 días, poco sé de la clase invertida.
Me ha llamado especialmente la atención el siguiente vídeo, que me ha ayudado a encontrarme en un terreno no tan movedizo ni resbaladizo, como intuía, en una piscina en la que puedo hacer pie... o, al menos, así me lo parece.
Me ha llamado especialmente la atención el siguiente vídeo, que me ha ayudado a encontrarme en un terreno no tan movedizo ni resbaladizo, como intuía, en una piscina en la que puedo hacer pie... o, al menos, así me lo parece.
La aventura acaba de empezar. Intuyo dificultades, obstáculos, pero que tengo ganas de descubrir qué se puede invertir para ganar en interacción en el aula, atención a la diversidad y motivación por parte de los estudiantes. Tras la teoría, llegará el momento de decidir cómo profundizar en los contenidos, "embarcándome" con algún curso real.
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